Esta la tengo que contar !
Porque de esta sí, se hizo camiseta !
Prometo que, a partir de aquí, me pongo seria o sería ?

- Circunstancia: Daños en una superficie vertical de salón, que delimitaba el hueco con el baño de la vivienda. A partir del perímetro de la bañera, se habían ocasionado afecciones en el material soporte y pintura del paramento.
- Aplicativo Pericial: Explicar a la dueña y señora de aquel riesgo que, en principio el sellado de la bañera, carecía de cobertura. En añadido, nada desmerecedor, la falta en el contrato, de la garantía de Daños Estéticos, provocaba que la aseguradora unicamente atendiera los daños en la superficie afectada de forma directa.
- Desarrollo: Chorreo de rigor, que concluyó con la ya mítica frase, hace más de 20 años, de: «Déjame que te diga una cosa (ni que yo hubiera puesto ni un solo pero a toda la retahíla que me había dispensado de forma previa), este trabajo tuyo prostituye mucho, en el buen sentido de la palabra», apostilló.
- Más Desarrollo: Yo, indemne, a la vez que ojiplática, sólo respiraba. Ni se me pasaba por la imaginación, tan siquiera, preguntarle por el buen sentido de aquellas palabras, en previsión de que buena parte de mi familia empezara a aparecer por aquel salón, no fuera a ser que se me acatarrara algún miembro (tenían que llegar desde Bena20), en aquella ya, tarde-noche, de gélido invierno en una localidad próxima al Reino de León. Tampoco la señora, detallo ningún otro extremo o definición más profusa. Interpreté siempre que aquel «buen sentido de la palabra», enmendó su juramento, que asimismo, le ahorraría seguro, algún que otro rezo.
Contemporizando la situación, si fuera o fuese un hombre, no digo ni caballero ni señor (con las connotaciones que para mi representan los términos), el que expresa aquella lindeza, pernocta en Villlahierro (Centro Penitenciario de la provincia de León).
Aprovecho la anécdota e insisto en su calificación, para traer el tan falto y carente actual Sentido Común, que como bien dice otro querido amigo, «el menos común de los sentidos».
- Conclusión (muy pericial): Expresa alusión a todos y cada uno de los caballeros y señores, de todos los gremios y profesiones (albañiles, fontaneros, pintores, letrados, marinos, pescadores, agricultores, ganaderos, amos de casa, catedráticos, investigadores, profesores, soldadores, mecánicos, peritos, jefes de siniestros, tramitadores, agentes, mediadores, brókeres, directores, responsables de mantenimiento, RRHH, CEO’s, presidentes, vicepresidentes….y un largo etc) con los que he tenido la suerte de verme acompañada en mi trayectoria profesional.
- Conclusión II (más pericial aún): Se puede/debe disfrutar de todo, si se quiere. Y llorar también, de vez en cuando. Lo que si tengo claro es que, renegando de nuestro quehacer, molestándose por cualquier desorden que altere nuestro método, no nos conduce a nada SANO. Atendemos crisis, no solo siniestros y si la propia definición de estos últimos contempla lo imprevisto de la situación y «eventualidad» de la misma, cuando refiero crisis, refiero todos lo agentes que intervienen en la condición (emociones, índoles familiares, amigos, vecinos listos, vecinos menos listos….) Sirva de ejemplo la intervención durante cinco sábados consecutivos, en un camping donde tuve que peritar los daños provocados por el granizo en 90 caravanas, donde más del 70 % de los campistas residían, lógicamente, fuera de la provincia. Los cité por parcelas de forma consecutiva de modo y manera que, si algún campista no podía asistir en la cita convenida, pudiera adaptarse a otra de las visitas programada. Todo ello acompañado de las hasta cuatro veces que desayunaba en ocasiones a mi llegada; cualquiera desmerecía alguna de las viandas que me tenían preparadas!! Y sí, también me mostraban efectos que salían de los trasteros de rigor, a la espera de la granizada (válido de igual forma para la consecución de tormentas con elevado aparato eléctrico), para saludar a la perito y que a la vez esta, les diera el conveniente paso a una escombrera, o presupuestos triplicados (a sumar cálculo de concurrencias, infraseguros, sobrevaloración de los bienes, en este tipo de contratos no se admitía la valoración pactada…etc) o todo aquello abierto a la tan inspirada e inspiradora, picaresca española vs contratos de seguro.