Menos aún, si dentro de nuestra competencia profesional, entiendo, está el establecer un nexo causal conforme a la dotación de objetividad de una secuencia de hechos.
Que mayor satisfacción que poder expresar, el mítico: «yo estuve allí» y que, en añadido, no tengas que pagar por ello ? (Presencia y Participacion, ejem…)

- Circunstancia: Dos titanes, con una vinculación contractual que comprendía el arrendamiento de maquinaria. Reclamación por uso incorrecto que deriva en lesiones en el equipamiento, aludiendo al término de violento en la propia reclamación, sustentada y cifrada a través de un Informe Pericial de gabinete (grande también) en ±60.000,00 €. La pequeña era yo, de ahí que mi dictamen superara, en poco, los ± 15.000,00 €.
- Aplicativo Pericial: Posterior al estudio de la documentación obrante, estrategia clara, Análisis del Entorno de Trabajo de aquella maquinaria ( carretilla, dos minirretros, dos martillos y un cazo), que a tenor del detalle de conceptos, pudiera parecer que el conjunto, había servido de atrezzo en La Guerra de las Galaxias ó, de Las Galias, también me sirve.
- Desarrollo I: Mi cliente, no era la sociedad de capital canadiense, muy «chic», no; para mi, más honroso el que, el Head Legal de la compañía, Sr. H., antiguo compañero tramitador de la aseguradora con la que colaboré, decidiera que era su profesional de confianza. Brillante el Sr. H. como así muestra su trayectoria; más si cabe, su valía personal, reconocida en todos los contextos y no recogida en ningún currículum.
- Desarrollo II: Allá me fui, a la mina, a descender al área o galerías donde se había empleado aquella maquinaria, acompañada de dos amables operarios y con un equipo autónomo de respiración, que, cuanto menos, pesaba como yo, o eso me pareció. Del análisis de los huecos de galería, tanto en paredes (hastiales) como en la zona superior (corona) hormigonados, concluí que, no cabían desprendimientos ni se apreciaba ninguna intervención reciente. De igual modo, el pavimento, con cunetas laterales de evacuación, resultaba del todo ordinario para el empleo de orugas, como «zapatos» de las minirretros.



- Desarrollo III (Quid): Visita a la base depositaria de la maquinaria, me cite con el compañero, para entre los dos, verificar los listados de reclamo. *NOTA: Y si empezamos a desestimar el «copy & paste» en los requerimientos periciales a dictado del cliente? Flaco favor, a corto, al propio cliente; a largo, a la profesión.
- Técnica pura y dura: Recorridos ya todos los barrios, llega el darle a la tecla y a la cabeza. Decidí emplear el Método de la Vida Consumida para alcanzar el Valor Real de los bienes, conforme a las dos variables que interpreté esenciales: antigüedad de los equipos y horas de trabajo. Implementé, asimismo, un factor de corrección del 20 % (x 1,2) conforme al parámetro de las horas de trabajo (selección de cálculo elegida) de acuerdo a la rotación de los equipos dentro del orden de su propia actividad (arrendamiento).
- Conclusión: La diferencia entre la asociación y cuantificación de los daños elaborada por cada uno de los profesionales intervinientes, se encontraba soportada en mi caso, por dos diferentes vías:
Primera: análisis específico de los equipos y entorno de trabajo en el que se desarrollan los hechos, discriminando a tenor de la catalogación de violento (hubiese sido más propio el término de accidental) dado en la reclamación, sobre los aspectos que obedecían a una clara evidencia de mantenimiento (juntas de culata, kit de refrigeración, filtros, circuitos electrónicos....).
Segunda: valoración real de los bienes conforme al método indicado, acreditando la desproporción, por antieconómica, de las cuantías reclamadas.
Y la Anécdota…………..siempre, por precavida, mantuve la duda de, si en el reverso del pantalón del operario, como refuerzo de agarre, se disponía la famosa «lija del 8» a tenor de la imagen que acompaño y que a la vez, formaba parte de la reclamación en dos de sus conceptos.
